El Madrid golea a domicilio al Kairat Almaty
- Rodrigo Fernández

- 1 oct
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Actualizado: 8 oct
Mbappé sigue en forma y se lleva el balón del partido tras un “hat-trick”. Camavinga y Brahim cerraron la faena.

Tras la estrepitosa debacle del derbi, el Real Madrid tenía tareas pendientes. La afición blanca se enzarzó con muchos de los jugadores y les culpó de falta de actitud e intensidad. Xabi Alonso no se escapó de las críticas pese a la excusa de que este proceso recién comienza. Al tolosarra se le ha recriminado la titularidad de Bellingham en un partido de alta intensidad.
Los madridistas no quieren volver al pasado, los jugadores que estén en forma deben jugar. La meritocracia debe ser un pilar dentro del vestuario. No valen nombres, no valen aspavientos al ser sustituidos, no valen mensajes crípticos en redes sociales. La temporada es larga y el miedo a perder el vestuario no puede incidir en las decisiones del entrenador.
Si el Madrid quiere volver a ganar títulos, el vestuario debe ser uno solo. Los egos se dejan el portón de entrada a Valdebebas. Lo que cuenta es el presente, el día a día. El hambre por títulos debe existir en la actual plantilla tras el fracaso de la temporada anterior. Los fichajes nuevos deben entender lo que es el Real Madrid y su nivel de exigencia; los veteranos igualmente ya lo deberían de tener arraigado en su psique.
Hablando del partido, resulta difícil sacar mayores conclusiones tras la victoria de cero a cinco al Kairat Almaty. El rival fue sumamente débil y el único factor que pudo influir fue el viaje de ocho horas a Kazajistán.
Tras el pitido inicial, el Kairat tuvo una ocasión bastante clara por medio de un tímido remate en el área de Satpayev. Bastó esa jugada para revivir los traumas del sábado anterior con los balones aéreos. El Madrid marca sin intensidad los centros, es un serio problema que el entrenador y los defensas deben resolver.
Los minutos iniciales fueron una especie de tira y afloja por ambos clubes. La cosa no pintaba bien y los más fatalistas visualizaban el primer gol de los locales. Poco a poco el Madrid se fue asentando en el partido y las tan esperadas ocasiones de gol llegaron. Veinte minutos ha tardado en enchufarse el club blanco.
Tras minutos de mucho peligro para la meta del joven Kalmurza, un mal pase hacia atrás de Sorokin es perseguido por Mastantuono, que muy inteligentemente leyó la jugada. El arquero sale a por el balón, ya que el pase queda muy corto. El argentino llegó una fracción de segundo antes y el guardameta kazako le comete penal.
Mbappé convirtió la pena máxima por gol y el Madrid respiraba un poco. El guion le estaba saliendo a Xabi Alonso. La calidad de los jugadores en teoría debe de ser suficiente para vencer al rival sin muchas complicaciones.
Güler, que jugó de interior, comenzó a mostrar su gran calidad. Se asoció constantemente con sus compañeros, sobre todo con Mbappé a la hora de dar ese pase final al área. El delantero francés, por su parte, creaba más peligro para la meta del Kairat Almaty.
Vinícius no tuvo sus mejores minutos y no logró generar peligro ni ocasiones de gol para él o sus compañeros. Sorprendentemente el primer tiempo finalizó cero a uno.
Tras el inicio del segundo tiempo, el Madrid cedió un poco la iniciativa a los locales. El fin era buscar un balón largo o aprovechar los espacios tras una contra. Los locales tenían la responsabilidad de buscar el empate. El partido también estaba dentro del guion del entrenador local; ir perdiendo por la mínima ante el Real Madrid forma parte de los planes.
En el minuto cincuenta y dos de tiempo corrido, los merengues consiguen el segundo gol. La jugada nace de un pelotazo de Courtois desde su propia área. Mbappé logra superar al único defensa que le marcaba y quedó mano a mano con el arquero. Una especie de ‘vaselina’ superó el achique del cancerbero y el balón lentamente cruzó la línea de gol. La carrera del defensa no pudo evitar que cayera el gol.

Minutos más tarde, Mbappé tendría una de las chances más claras de toda su carrera. Tras un buen pase de Vinícius, el francés se encuentra frente al arco y con el portero haciendo un achique presuroso. El galo remata desviado sobre el palo derecho de Kalmurza. Nadie daba crédito de cómo se falló semejante ocasión.
El entrenador local, Rafael Urazbakhtin realizó una sustitución. Arad abandona el encuentro y le reemplaza Baibek. Hombre por hombre para refrescar el medio campo. Justo después de la permuta, al minuto sesentaisiete, llega un penal para los locales. Ceballos, que tuvo un buen partido, parece que deja el pie y trastabilla a Gromkyo. El árbitro central decretó pena máxima.
A diferencia de la mugrienta liga Negreira, Marco Di Bello en el VAR avisa a su tocayo Marco Guida para que revise la jugada. La asertividad del cuerpo arbitral para tomar la decisión lo llevó rápidamente a los monitores. Nadie del Madrid se airó o desesperó por que el árbitro les aseguró en primera instancia que la jugada se iba a revisar.
Tras la revisión, se ve que Gromkyo ya va cayéndose para buscar el contacto con el pie de Ceballos. La decisión fue revertida y fue libre indirecto para el Real Madrid. Muy buena gestión del equipo arbitral italiano que no ha necesitado del coaching del hijo de Negreira para resolver la jugada. Tampoco ganan los trescientos mil euros anuales que ganan los árbitros de La Liga, y eso que los españoles son de los pocos profetas en su tierra; fuera de España pitan muy poco. El arbitraje español apesta a cadáver y la UEFA quiere saber muy poco de éste.
Al minuto setenta y uno Alonso realiza cambios para evitar sorpresas. Saca del campo a Vinícius y Mastantuono para meter a Rodrygo por la banda izquierda y a Brahim por la derecha. Hombre por hombre para refrescar el ataque y al mismo tiempo dosificar esfuerzos.
Tres minutos más tarde, tras una gran jugada individual de Rodygo, Güler recibe el balón y se lo cede sutilmente a Mbappé que remata desde la línea de los dieciséis-cincuenta. Su derechazo se colocó al fondo de la red. Un remate de alta calidad técnica. Cero a tres para los merengues.
Tras el gol, ambos entrenadores realizaron cambios. En el Madrid entraron Gonzalo, Bellingham y Camavinga, por Mbappé, Güler y Tchouaméni. El planteamiento no cambió mucho y el fin era refrescar el medio campo y el ataque. Por su parte el entrenador local saca del campo a Gromkyo y Satpayev por Ricardinho y Zaria. Ingresaron un delantero y un mediocampista para los de Almaty.
En el minuto ochenta y tres, Camavinga y Rodrygo gestan el cuarto gol merengue. El francés arrancó desde medio campo y con su potencia, dejó atrás a varios contrarios. El de Miconje da un pase a Rodrygo que también realiza un esfuerzo al correr los metros finales en la banda izquierda y birlar un par de jugadores. El brasileño mandó un centro a Camavinga que entró al área y, tras una tardía salida del arquero, logró rematar de cabeza.
Rodrygo aprovechó sus minutos en campo. Se le vio muy bien a la hora de asociarse con sus compañeros. Tuvo criterio a la hora de decidir cuándo driblar, pasar o tirar. El joven brasileño tuvo un buen partido y levantó la mano para ser considerado por Alonso en los próximos partidos.
El último gol del Madrid llegó al minuto noventa y tres. Brahim aprovechó un gran pase de Gonzalo que lo dejó con tiempo y espacio para rematar a placer. La gran técnica de golpeo del marroquí le permitió colocar el balón al palo derecho de Kalmurza. Un remate colocado y a ras de pasto. Fue más un pase a la red que un disparo.

Así es como el Madrid vence al Kairat Almaty en la segunda jornada de la Liga de Campeones. Una visita sumamente complicada a Kazajistán tras una derrota dolorosa en el derbi y un viaje interminable, más allá del este de los Urales, contemplando la frontera con China.
El siguiente encuentro del Real Madrid es en el Bernabéu contra el Villarreal. El sábado, cuatro de octubre es la fecha para la octava jornada de la liga de España. Los madridistas no pueden esperar más para ver a veteranos y noveles desplegar su fútbol en Chamartín.
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