El Madrid roba y se queja: Antimadridismo 101
- Rodrigo Fernández

- 25 oct
- 4 Min. de lectura
La frase regurgitada por Lamine Yamal es el reflejo de los estragos del relato.

Con el propósito de calentar el clásico, Lamine Yamal ha soltado una frase que tiene indignado al madridismo entero: “El Madrid roba y se queja.”
Este es el resultado del relato en España. Los medios de comunicación masivos han hecho eco de esta frase sin fundamento desde incluso antes de que el Barcelona pagase a Negreira. El Real Madrid siempre ha sido el malo en la película: el que tiene los hilos, el que controla el poder, el que tiene influencia en el gobierno. Esa es la única forma de explicar por qué es el equipo más laureado en España y en Europa.
“El antimadridismo es el precio que hay que pagar por tener más ligas que nadie en España y más copas que nadie en Europa.” Esta frase de Don Santiago Bernabéu ha trascendido a través del tiempo, igual que la gloria del Real Madrid. Hoy más que nunca cobra relevancia.
Hoy el mundo entero sabe, menos la España fea y los antimadridistas en el mundo, quién es realmente el que se ha aprovechado del sistema. El que ha pagado al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de España para obtener beneficios deportivos, el que ha sido condonado de la deuda en tres ocasiones por el gobierno de Franco; al que las instituciones, como el Consejo Superior del Deporte, le permiten saltarse las normas para inscribir jugadores, apalancado cual saltador con pértiga.
Siguiendo con la larga lista, la Real Federación Española de Fútbol remueve de su código ético las imprescriptibles sanciones por corrupción para beneficiar al FC Barcelona. Igualmente, el CSD, en la nueva ley del deporte, mantiene el escueto plazo de prescripción para los casos muy graves de corrupción mientras que alarga los de faltas menos graves. Todo esto es posible gracias a Albert Soler, exdirectivo del FC Barcelona.
La mugrienta Liga Negreira no se queda atrás. Dicha institución le permite realizar maniobras pseudo económicas que hacen ver a ENRON como unos amateurs.
Algunas menciones honoríficas en esta lista:
Le crea la cláusula Lamine Yamal, lo que le permite mejorar sustancialmente el contrato a su estrella, sin temor a sobrepasar nuevamente el fair play financiero.
Los partidos de la Supercopa de España llevados a Saudi Arabia por medio de negociaciones ofuscadas entre Luis Rubiales, quien era el presidente de la Real Federación Española de Fútbol y, en su momento, el capitán en activo del FC Barcelona, Gerard Piqué.
El partido altruista en Miami contra el Villarreal, gestado, de la misma forma, a oscuras y sin consultar a los demás clubes miembros de la Liga. ¿Por qué no jugarlo en Samaria? Parece que nadie se iba a lucrar grandemente de este evento y todo era para llevar la inconmensurable e inmaculada luz de La Liga al resto del mundo.
Ese club, o mejor dicho, más que un club, es el FC Barcelona. El único realmente beneficiado por todo esto. Quedan sin mencionar muchas otras cosas, pero el hígado no aguanta para tanto.
El cuarto poder del estado, mejor conocido como los medios de comunicación, demuestran una pereza calculada, y una falta de dedicación que parece más bien intencionada, para exponer estos temas. Se hace muy raro su comportamiento.
En su momento se supo que el Barcelona hizo pagos a algunos medios de comunicación escritos y radiales. Además, tienen socios en la compañía encargada de gestionar la producción audiovisual de La Liga, narraciones y comentarios incluidos. Cabe mencionar que estas narraciones son escuchadas por los árbitros tanto en la sala VOR como en la ilegal sala anexa. No resulta extraño que los narradores cumplan con funciones arbitrales durante las transmisiones. Todo para beneficiar al socio comercial de su jefe. ¿Nadie se da cuenta de esto?
Ese silencio, o falta de interés, ha dado como resultado una o varias generaciones de aficionados al fútbol que han crecido sin darse cuenta de lo que realmente ocurre. Lo fácil es afianzarse al relato: que el Madrid siempre ha robado. La realidad es muy distinta, los hechos lo demuestran: las facturas a Enríquez Negreira y los cambios en el código ético de la RFEF lo prueban. La flexibilidad de La Liga en reiteradas ocasiones para beneficiar a uno de los veinte clubes es testamento de lo que realmente ocurre.
El relato se ha vuelto una droga muy adictiva y escapista para los antimadridistas. Con ella pueden apaciguar sus oscuras conciencias. Ellos crean estos mundos en el que el Madrid es un monstruo y el FC Barcelona es la representación de la verdad y de todos los valores nobles por los que vale la pena luchar.
Solo falta escuchar a personas como Joan Laporta, Toni Freixa, Jota Jordi, entre otros, para darse cuenta de los estragos que el relato puede causar. Se entiende que estos se expresen de esta forma tan enajenada a la realidad, ya que tienen que proteger sus intereses.
Lo triste es escuchar a aficionados al fútbol repetir esta sarta de estupideces sin tomarse la molestia de informarse. Este comportamiento es muy común en el ser humano. Como dijo el escritor estadounidense Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente que convencerla de que han sido engañados.”
Es por ello que gran parte de la culpa la tienen los medios de comunicación. La falta de información fomenta la especulación; permite que personajes, como los mencionados anteriormente, tengan la desfachatez de declarar de la forma en lo que hacen, sin miedo a repercusiones. Nadie los desmiente.
Con el crecimiento masivo de las redes sociales y la proliferación de los sitios web, los medios de comunicación tradicionales ya no poseen un monopolio con la narrativa. Ellos ya no dictan qué conviene dar a conocer y qué es mejor callar.
Afortunadamente, poco a poco comenzamos a ver cómo medios como Real Madrid TV, Futbolgate.com, o cuentas de Twitter como Maketo Lari, entre otros, han hecho investigaciones y recopilaciones estadísticas para mostrar la realidad. “Dato mata relato”.
El tiempo le da la razón a la verdad, y solo así es como la justicia puede surgir. Los madridistas debemos seguir dando eco a este tipo de plataformas para hacer reverberar la verdad. Debemos tumbar el relato para que no cualquier idiota pueda decir sin escrúpulos que “el Madrid roba.”
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